Y a la luz de la luna.

Me sobra cuerpo, mi cara brilla.
Como la pupila en el ojo,
me circunda un puñao' de matojos.

No muy lejos  parpadean gotas de plata;
las hojas de unos naranjos.

Llevando los ojos al cielo,
en lo inmenso me pierdo.

Y a la luz de la luna
mi cara como el sol brilla.
Miro de frente las estrellas
eligiendo cual será mi guía.

Ten presente el camino,
que bañado de serpentinas,
te irá mostrando el destino
edulcorado de maravillas.

Decide a cual fogata te arrimas,
si a la madera de pino o de olivo,
y así verás  de qué color tus ojos se iluminan.

Y a la luz de la luna
mi cara como el sol brilla.
Miro de frente las estrellas
eligiendo cual será mi guía.
                                       A.J.P.R.

El perro que me ladra.

Cuando iba fumando un cigarro
por la calle de la esquina rota,
había amarrado un perro.

Poco a poco el humo se escapa de mi boca
y el perro que me ladra, enseñándome los dientes.

¿Para qué pararme con algo
que me ladra para demostrarme
que a mí me tiene más miedo
por ir andando por su calle?

Demuéstrame si quieres
o así es lo que tu piensas
que la paz tu cuerpo halla
sin ladrarme cuando me veas.

Convéncete dañando.
No es triste vivir soñando
pero sí defenderte engañando.

Y cuando paso por la calle,
para mí no existe el perro.

En mi corazón se resiente el hueco
por el que vive de falsos lamentos.
                                                   A.J.P.R.

Paseo solitario.

Mis pasos de transeunte
se pierden entre zancadas.

Una incertidumbre, que abarrotada
va a perderse en lo que hiciere.

No tengo navaja ni puñal,
ni razones para desconfiar.

Aparecen solos los luceros
que vienen a buscarte,
porque conscientes viven
de hacia donde tienen.
                                A.J.P.R.

Mi gozo en un pozo.

Mi gozo en un pozo.
Y entre las esquinas
hay un esbozo.

Busca, que hondo
se encuentran los cantares
de un titiritero loco.

Con mis dedos te demuestro
las verdades carentes de dueño.
                                               A.J.P.R.

Bájate del escalón.

Bájate del escalón,
no vaya a ser
que te sientas
con más altura
de la que es tuya.

Te presto mis manos
pero no para que las uses
en vano.

Así que deja el nombre quieto.
Ya no consigues hacerme extraño.
Como ves, me defiendo con lo escueto.
                                                            A.J.P.R.

Oda al azul.

Los latidos de mi corazón
dependen del ritmo acalorado
de la pasión.

De la pasión que hace girar
mi ruleta de la emoción.
Emoción desenfrenada.

Ilusiones olvidadas
que vuelven para aflorar.

Aquellos ojos que miraba
y que ahora puedo contemplar.

El azul del amplio cielo
color de la tranquilidad.
Mar amplio ante el marinero.
Mar sobre el que navegar.
                                        A.J.P.R.

Tanto miro al cerro.

Tanto miro al cerro,
tanto veo las bicicletas
que se frenan por el sendero.
El cerro apunta al cielo
y se mira en el Guadalquivir.
Desde los portales te vengo viendo.
Tanto miro al agua,
tanto miro el cerro.
Tanto vi el altar
y la serpiente muerta en medio.
Tanto veo el cerro,
que tras la higuera, tras el muro
contempla con disimulo
los blancos y brillantes pueblos.
Tanto miro el cerro,
tanto veo los restos
de la iglesia de una Virgen
que adoraban mis ancestros.
Tanto veo el cerro,
tanto miro el campo,
tanto contemplo el cielo.
Entre tantos tantos
será la estampa
de mi recuerdo.
                      A.J.P.R.

En oducia te espero.

Si me importaran las palabras mal intencionadas
moriría a puñaladas...
No soy culpable de sueños inalcanzables,
y si no creen, pregúntenle a su conciencia.
Nunca pedí nada, y el hambre que me lleva.
Y aun así, dañas a ratos.
Son los destellos fantasmales
de un faro apagado.
Pero ahora piso tierra
y me curan los olores
de las brisas de los campos.
Porque acabé en una playa
de sales erosionadas
por la luz de las estrellas.
Y aún así, en la bitácora,
guardo los caminos
que por falta de rumbo he conocido.
Cada uno de ellos he recorrido con cariño
dejando a un lado las botellas de alcohol
sobre las que he dormido en tempestades.
He aprendido los secretos
que ofrece un prisma hueco.
Me gustan tus manos que me invaden el cuerpo
cuando me lleno de lamentos.
Con remiendos de cariño, con las risas amistosas
que celebran mi contento.
Al hoyo los rencores, las falsas modestias.
Yo quiero la estrella que baja para verme.
Mis jornadas de anhelos impacientes
hacen que tus visitas en la noche
me sepan a gloria.
Arropados por la espuma de la playa.
Bajo las saetas verdes, que en tu nombre no hay Triana.
En Oducia te espero.
                               A.J.P.R.

Dame la mano.

A veces títere
que regala el cariño.
Otras, un cajón lleno de sonajas,
con monedas y serpentinas.
Cae la tarde
sobre un rasgado traje.
Y se pierde lo profundo
entre arrecifes de corales.
Te quiero, y es que te quiero.
Y es que te quiero.
No sé cuantas veces nombrarte.
Me riñen el olivo
y el cántaro frío:
-¿Por qué no te ayudas?
-Por más que os explique
será algo interminable.
-¿Por qué no te animas?
-Por más que os suplique
carmesí será la tarde.
Soledad, tú tan firme.
Y el amor me llenó de cristales...
Me preguntan el olivo
y el cántaro frío:
-¿Dónde los cristales?
-En el arrecife de corales.
Se partió el cántaro
y ardió el olivo.
Ayúdame y anímame.
Viento, llévame contigo.
                                    A.J.P.R.

Mentiras.

No es una, son tantas...
Llegan hasta donde la vista alcanza..
Corrompen.Son madres de los malestares.
Celestinas que crean huecos
donde antes había cariño.
Evítalas, son atrayentes.
Cuando acercan tus labios a ellas
te silencian con los dientes.
Y te llevarán al escenario
donde serás motivo de burla.
¿Crees que aportan mucho?
Pues no te dan nada...
Las mentiras son muy malas.
                                            A.J.P.R.

El arte de la canija.

Qué cansado estoy de no cansarme...
Maldito y bendito el arte
que mi madre me cedió.
Que me enseña a enseñar,
y me permite soñar
en los peores momentos.
Parece tan fácil volar
cuando el suelo se está rompiendo...
Y aunque de madera, no tomen vuelo
ellas siempre perseveran.
No les hace daño el fuego.
                                       A.J.P.R.

Leyendas.

No es la marca de los zapatos,
es la cantidad de arena que los ensucian.
No es tu nombre.
Son tus pasos.
Tú eres tu historia,
así que cuida tus actos.
Que me llamen y me nombren,
no creo que nunca sepan
todo lo que hice.
Recordarán leyendas.
Pero si andas cerca de la orilla
se borrarán tus huellas.
                                A.J.P.R.

El canto de los grillos.

El canto de los grillos
tiene eco.
Eco que suena
en los últimos rincones
del infierno.
Allí hay un grillo.
Sólo.
Escuchando el canto
de sus hermanos.
                         A.J.P.R.

Como los nardos.

A través de ellos puedo ver tanto...
Y a la vez son como espejos
donde verme reflejado.
Si quiero zambullirme,
no tengo más que mirarte.
Es un mar tan azul y tan profundo
que no da lugar para lo no importante.
Por eso tiemblo al enfrentarlos.
Esos ojos, preciosos.
Como los nardos.
                         A.J.P.R.

Maldición al sueño.

Maldigo al sueño
por mentir vilmente cual traidor.
Arrebatarme a conciencia
latidos de mi corazón.
Disipar de mi débil estado
cariño e ilusión.
Agradezco, inocente realidad
el pellizco del despertar
pues me has devuelto en humilde vida
el deseo del buen amar.
                                   A.J.P.R.

Aquellas saetas verdes.

Aquellas saetas verdes
que se doblaban y brillaban al sol,
ensombreciendo el humo fuerte
y la ferviente ilusión,
de aquel de aguas vistas
y perdido corazón,
que sin rumbo, naufragado,
y de brújula, pasión.
Emociones con cautela
tras estela del amor
                              A.J.P.R.

Compañero.

 Quisiera compartir el pan que conseguí
para sobrevivir.
con aquel o aquella de clavel en mano.
 Pero es el problema, que ahora el clavel
puede ser o parecer imitado.
 Palabras no valdrán.
 Deberás obrar como amigo
para ganarte tu trozo de pan
que de mi mano a la tuya pasará a ser
el tratado de agradecimiento
por tu amistad.
                               A.J.P.R.

El letargo.

  Mañana quiero despertar sin acordarme de nadie.
Que los recuerdos plomo
y amnesia como plancha ardiendo.
Que los ojos nuevos
y tacto como cuerpo virgen.
Mañana quiero despertar sin acordarme de nadie
y que la única cura sea
el olor de de azahar en el aire.
                                            A.J.P.R.

Sal a la mar.

  Beso que no sella, hace esperar.
Ósculo perpetuo que una historia contará.
Mes de frío invierno, Diciembre abrumador
y un pequeño pueblo pesquero, con semblante luchador.
Peripecia que nos muestra intensa historia de amor...
Rosa de pétalo blanco, con aroma de azahar
enamorada de tez fría y dispuesta a la mar.
-Despide marinero a tu fiel y único amor
pues corazón arrepentido, se desangra de dolor-.
-Quérote mi amada-. Y preparose a condenar
vida hermosa y joven que buscaba prosperar.
Vieja y arrugada, la rosa pues murió
buscando en el horizonte silueta del amor.
                                                              A.J.P.R.

Bohemia.

 Bohemia, calles y luces,
con castillos sin un rey al que guardar.
Sueños y noche.
Campo de batalla donde preocupaciones
siempre ocupan un lugar.
Donde bebidas llenan huecos en la vida
y el sufrimiento de las almas nunca termina.
Donde  recuerdos son locetas
y los llantos forman valles
en lagunas de alegría.
                                A.J.P.R.

La rumba de la vida.

 Sucumbes por risas agudas
que añaden peso a tu sufrimiento.
Tus rumbas llegan al fin
a paso lento.
Tu tumbas deseos carnales
a nombre de deidades.
Tumulto carnoso vulnerable
a cuchillas filosas,
amorosas.
Corazón.
             A.J.P.R.

Vestidos con polvo.

 Se hizo estampa el momento.
Peinados por brisa de azahar
y arropados por el manto del ramaje
de aquel naranjo afortunado
bajo el cual, la letra y la armonía
sirvió para, con  garganta,
convertir el momento en recuerdo
de la eterna y joven alegría.
                                         A.J.P.R.

La procrastinación, el mal de postergar.

Posponer, un auténtico preludio para el problema, si no es necesario hacerlo. La poca voluntad hace fuerte a la vagancia.
Tras varios intentos de crear un blog donde colocar mis escritos productos de mis emociones, he conseguido fijar la decisión, y crear uno que me comprometo a ir llenando poquito a poco...
Me llamo Antonio José Pérez Rosendo, y confío en que podréis conocer muchos aspectos de mi, leyendo las emociones que transformé en letras. Gracias, y estaré encantado de leer vuestros comentarios y opiniones.

  "La pereza es el defecto que eclipsa todas las virtudes"
                                                            A.J.P.R.